VIVIR Y NO SUFRIR, Y MORIR POR NO SENTIR

Porque rechazar un sentimiento que se puede dar

solo por miedo a que deje de darse 

es como morir de sed frente al oasis de un desierto

Y que duro es pasar sed cuando tienes la salvación ante tus ojos, un deseo cristalino repleto del reflejo de recuerdos felices y nostálgicos en el que ansias sumergirte para degustar cada átomo de vida. Solo que ya no te fías de tus ojos, ansiados por rememorar momentos, te hicieron derrumbarte delante de demasiados espejismos y tragarte a conciencia cada grano de arena por la esperanza de que por un momento aquello pudiera fluir por tu cuerpo devolviéndole al sentir el significado que tu propia nostalgia le atribuye.

 Que duro es ver como el punto de ebullición de tu propio miedo, paralizador y destructor, evapora toda esperanza de aquel charco ,delante de aquellos ojos inyectados en dolor, que ordenaron a tus labios fundirse en un silencio solo roto por el sonido de tus lágrimas amargas, que saboreas de nuevo en el anhelo de soñar con vivir de nuevo o a las que quizá te quieres inmunizar para no sentir, nunca más.

 

¿Axiomas donde vivir?

...Una vez instaurado el sistema de creencias en la gente, podrá ser cuestionado, pero en el fondo raras veces violado y al menos respetado, porque hacerlo sería renunciar a él, y volver a empezar enfrentándote al mundo desde la más absoluta soledad.

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Cuando la supervivencia física deja de estar en la mente del ser humano aflora el vacío existencial y las preguntas sobre el yo, el nosotros y "el ello" que nos de la RAZÓN. Banaliza la realidad y el mundo como tránsito, ilusión o lugar detestable y dales un pequeño mundo que controles en el que mantener su esperanza.

Dales algo en lo que creer que tranquilice su vacío existencial y entonces serán capaces de traicionar incluso su propio instinto vital y todo será valido mientras no entre en conflicto con esa razón de existir.

Dales una razón de existir que solo tu puedas interpretar de forma verdadera, y ellos y sus hijos serán tuyos para siempre, incluso sin que importe tu permanencia en este mundo o que ellos admitan seguir adorándote.

Una vez instaurado el sistema de creencias en la gente, podrá ser cuestionado, pero en el fondo raras veces violado y al menos respetado, porque hacerlo sería renunciar a él, y volver a empezar enfrentándote al mundo desde la más absoluta soledad.